Reproduzco esta carta de María Victoria Trigo en El País, con la que coincido al cien por cien.
Aunque como dice el viejo refrán, la ignorancia es lo más atrevido que existe, me pregunto hasta qué grado llega la cutrez de los publicistas de Aramón para haberse permitido mezclar unos versos de Pablo Neruda, Premio Nobel de literatura en 1971, con un mensaje publicitario de la estación de esquí de Cerler.
«Muere lentamente / quien evita una pasión / y su remolino de emociones…». ¿Pero qué sabrán estos alicatadores de la naturaleza de la grandeza de esos versos? No obstante, yo trato de comprenderles y, como si de un examen se tratara, hago mi particular ejercicio de comentario de texto: lo de morir lentamente quizá se refiera al estado agónico en que pueda quedar, a pie de remonte o de hotel, esté esperando que nieve en forma y momento adecuados, pues la campaña «sin colas, llegar y esquiar» creo que es un programa de ciberesquí para el ordenador; lo de evitar la pasión es más complicado de entender, porque en el contexto de Aramón, la pasión sólo puede interpretarse como ansia de especular; llegados al remolino de emociones, sólo veo un casino con su brillante ruleta y dinero, mucho dinero.
Mi consejo para los publicistas de Aramón sería que dejaran en paz a Neruda y encargaran versos a algún autor más idóneo. Yo les sugeriría, por ejemplo, cualquier héroe o heroína de crónica rosa televisiva. Incluso podrían elaborar un libro con ese material. Por si aceptan mi propuesta, no estaría mal ir buscando ayuntamientos con estanterías libres en sus bibliotecas. Un pelotazo seudocultural sería fantástico en la magia de Aramón. De haberlo pensado mejor, no habrían depuesto a Javier Blecua, sino que le habrían encomendado la venta de esa delicada flor de nieve… artificial.
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Cuantas verdades en tan pocas palabras.
A ver si Aragón se da cuenta de dónde nos está llevando está gente, que hipoteca nuestro futuro con el Estatuto y destruyendo nuestro patrimonio natural y cultural por un actividad más que cuestionable como es el esquí. Cuestionable no por el deporte en sí, sino por la trama urbanística que lleva detrás.
Este modelo de desarrollo que hipoteca las montañas, corre el peligro de destruir tanto el espacio ambiental y geográfico del Pirineo, como también el espacio humano.
NO al desarrollo económico a cualquier precio, sobre todo si no va a repercutir en el conjunto de la población de la zona, y sí en las fortunas particulares de los especuladores.
Sin duda el cometario de Valentin es el más acertado. Acabemos con las hipotecas.
Me gusta tu blog, checa el mío, saludos
Estamos con Valentín