Continuando con esta sección, dedicada a los sonidos producidos por instrumentos poco conocidos por estos lares, dedicamos este post a la gaita gastoreña.
Para profundizar en este instrumento se puede acudir a las siguientes webs:
http://www.es-aqui.com/gaita/
http://usuarios.lycos.es/Aqueron/gaitagas.htm
El Gastor es una pequeña población enclavada en la serrania gaditana, cercana a las poblaciones de Grazalema y Ronda. En el se encuentra un instrumento de unas caracteristicas muy particulares, cuyo nombre es el de gaita gastoreña. Este viene dado no por su forma, sino por su sonido ya que no tiene ningún parecido con las gaitas que conocemos, como por ejemplo las gallegas, astures, aragonesas o mallorquinas, todas estas, de bolsa o fuelle. Aquí el termino gaita se aplica al timbre del instrumento que es precisamente donde se encuentra su similitud con sus homonimas.
El instrumento en cuestión se trata de un aerófono y se encuadra dentro del género de los clarinetes. Lo podemos describir de la siguiente manera, desde arriba hacia abajo, empezando por su embocadura.
Quizas en tiempos antiguos se conociera este instrumento en otros puntos de la sierra. Hoy en día se utiliza en el pueblo del Gastor limitándose su uso a Navidad y el día del Corpus Cristi.
Su entrada en la peninsula aún no se puede establecer, pero lo que sí está claro es su marcado caracter mediterraneo. Se supone que quedó en esta zona de la serrania de la baja Andalucía por su especial configuración geográfica, quedando de esta manera aislada.
La gaita se tocaba a partir del mes de los muertos (como dicen los serranos) o mes de noviembre. Cuando se adentraba la noche los muchachos alrededor de las fogatas ensartaban las maderas y hacian sus gaitas, así llenaban las noches de los últimos meses del año, con las musiquillas que salian de sus instrumentos. También en las madrugadas se oia el tañir de algún que otro vecino, a la luz de un farol apoyado en la pared (es construmbre tocar el instrumento apoyado en algún sitio). Pasadas las fiestas se dejaban de oir, para el año siguiente construir otra nueva. Hoy esta construmbre se vá perdiendo.
Según el jerezano Manuel Naranjo, autor de un artículo sobre la gaita gastoreña (revista Folk -Nº 12, 1988- sobre el que hemos basado este pequeño apartado histórico), los habitantes del Gastor desconocian la existencia de la alboka vasca o la gaita de la sierra de madrid, de gran parecido con la del Gastor. Comentando la posibilidad de que estas constumbres han sido traidas y llevadas por pastores que recorrian nuestra península a través de caminos y cañadas. Desapareciendo la tradición pastoril, solo quedan aislados vestigios en 3 zonas curiosamente equidistantes, en Cádiz, Madrid y Esukadi.
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