EL ELEFANTE RUBIO EN LA CASA DE LOS MORLANES

 El viernes por la tarde estuve en la Casa de los Morlanes viendo la exposición El elefante rubio, de Pilar Albajar y Antonio Altarriba. Una obra que impacta y atrae inmediatamente la atención del visitante, en la que los autores según sus propias palabras intentan explorar temas profundamente arraigados en nuestra sensibilidad. Las referencias a fotografiar se encuentran en el interior de la mente y en cómo ésta interpreta la realidad. Yo desde luego, la considero una visita imprescindible
El horario de la exposición es en días laborables, de 10 a 14 h y de 17 a 21 h. Festivos, de 10 a 14 h. Lunes, cerrado.

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DENUNCIA POR LA DIGNIDAD DE LOS CONDENADOS A MUERTE

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Me llega la denuncia formulada por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), protestando por la forma de ejecutar(asesinar) a Christopher Newton, un preso ejecutado el pasado mes de mayo en un penal de Ohio mediante inyección letal, y tardó al menos 90 minutos en morir –hasta el punto de que los verdugos permitieron al condenado a ir al cuarto de baño en medio de la ejecución– y sufrió no menos de diez pinchazos para encontrarle la vena.

Los sectores contrarios a la pena de muerte han asegurado que la ejecución de Newton, que tuvo lugar el pasado 24 de mayo, es una más de las muchas ejecuciones «chapuceras» que se realizan en todo el país, por lo que han exigido que los responsables de estos hechos respondan públicamente de ellos. Otro caso es el de Ángel Díaz, ejecutado en Florida el pasado mes de diciembre, que tardó 34 minutos en morir, el doble de lo normal. Los verdugos le administraron una poco habitual segunda dosis de productos químicos letales, y la autopsia reveló posteriormente que tenía la carne de los brazos abierta a causa de pinchazos innecesarios.

Sin duda, el día que la pena de muerte desaparezca de las legislaciones de todos los países del mundo, habremos dado un paso imprescindible para tener sociedades donde se respete verdaderamente el derecho a la vida. En mi opinión un estado que aplica la pena de muerte consagra el asesinato y la violencia como principio fundacional de ese estado.

25 CABO D´AÑO DEL LIGALLO DE FABLANS DE L´ARAGONÉS

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CIENTÍFICOS A SUELDO Y CIENCIA BASURA, POR JOSÉ SANTAMARTA

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En los últimos meses, hemos visto a algunos científicos negando el cambio climático. En este articulo José Santamarta, director de World Watch, les responde contundentemente y cargado de razones.
El artículo fue publicado en el periódico Diagonal.

El negocio de negar el cambio climático se acerca a su fin. Tal vez demasiado tarde. El cambio climático a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero hoy, tras el IV Informe del IPCC presentado el pasado mes de febrero en París, es una realidad aceptada por toda la comunidad científica, e incluso por los responsables políticos. Cierto que aún quedan algunos ‘disidentes’, siempre a sueldo de las empresas que se verán perjudicadas por las medidas que habrá que adoptar, pero la resistencia es cada vez menor y hoy no pasa de anécdotas. Pero no siempre ha sido así, y volverá a suceder una y otra vez en el futuro. Cada vez que ha surgido la preocupación sobre algún problema ambiental, las multinacionales responsables y sus representantes políticos conservadores, jaleados por numerosos medios de comunicación, se han lanzado a una campaña de intoxicación. La industria del tabaco durante décadas negó la relación con el cáncer, y se opuso a cualquier medida encaminada a reducir el pernicioso hábito, que tantos beneficios les ha proporcionado, a costa de nuestra salud. Situación parecida se dio o se da con la industria nuclear, el amianto, el PVC, los cultivos transgénicos, la sobreexplotación pesquera, los monocultivos forestales, o el urbanismo disperso y depredador del territorio.

En 1975 se relaciona la destrucción de la capa de ozono con los CFC, y la reacción de la industria química y los gobiernos, sobre todo la administración Reagan en EE UU, es la usual: primero se niega el problema, luego se ridiculiza o se minimiza, y sólo se acaban aceptando las medidas necesarias cuando el problema es acuciante y más que evidente, el daño ya es considerable y la presión vence cualquier resistencia. Las mismas empresas multinacionales que crean el problema, primero se resisten y sólo ceden cuando otean nuevos negocios, sustituyendo los productos que han creado por otros, en teoría menos dañinos, como los sustitutos de los CFC. Con el cambio climático el problema es infinitamente mayor que con los CFC, el DDT o los transgénicos, porque afecta al núcleo del sistema económico, a la energía que mueve toda la actividad económica y que ocasiona las emisiones que contribuyen al cambio climático, un consumo energético que en un 80% procede de combustibles fósiles, cuya comercialización controlan unas pocas multinacionales y que permiten que EE UU, con el 4,7% de la población mundial, emita el 25% del CO2. Estados Unidos, sus multinacionales, sus grupos de presión y su clase política no están dispuestos, por ahora, a adoptar medidas adecuadas a su responsabilidad histórica en las emisiones que están ocasionando el cambio climático, lo que crea un grave problema, no sólo ambiental, sino también ético y de responsabilidad hacia quienes más sufrirán el cambio climático: los pobres de la Tierra y las generaciones futuras. Un amplio conglomerado bien lubricado de ‘científicos’, comunicadores y empresas de relaciones públicas como Burson-Masteller se encarga de realizar una permanente labor de intoxicación de la ciudadanía, para proteger los intereses de las empresas responsables de la degradación ambiental, y en torno al ‘negacionismo’ se ha creado toda una próspera industria de relaciones públicas y cabildeo.
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