¿QUIÉN MANDA EN ZARAGOZA?

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Es una pregunta muy oportuna para que se la haga cualquier ciudadano afectado por este desconcertante comienzo de legislatura en el Ayuntamiento de Zaragoza. De eso, hablaremos en los próximos días, en los que haremos en varios capitulos un balance de los primeros meses de gobierno PSOE-PAR. Una de las últimas actuaciones más lamentables ha sido el capítulo «traslado del campus de San Francisco». Incluyo aquí este artículo del blog de CHA Zaragoza, muy clarificador en este sentido.

Ni el Alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch ni su concejal de Urbanismo, Carlos Pérez Anadón tienen una visión de la ciudad a medio y a largo plazo. ¿Cómo se entiende, si no, que el alcalde de todos los zaragozanos acepte las marcianadas del vicepresidente del gobierno aragonés, como por ejemplo el traslado del campus universitario de San Francisco al recinto Expo y la ubicación de la ciudad de la justicia en el entorno de la Audiencia, en el Casco Histórico?Desde CHA nos tememos que los que saben qué hacer con la ciudad son los que están en el Edificio Pignatelli –sede del Gobierno de Aragón – después de ver al alcalde Juan Alberto Belloch cómo empieza a sintonizar con quien hace unos meses era su más mortal enemigo. Esta “sintonía” es realmente “preocupante” ya que Biel se ha saca de la manga proyectos sin estudiar y consensuar como su histriónico proyecto de metro. Otro ejemplo lo tenemos con su propuesta para llevar la ciudad de la justicia al Casco Histórico. Además de que este tipo de equipamientos no ofrecen la seguridad necesaria tanto para los funcionarios como para los usuarios, “ignora que equipamientos como el Palacio de Fuenclara o la Imprenta Blasco ya cuentan con proyectos previstos. La Asociación de Empresas Gráficas está restaurando la maquinaria de la antigua imprenta Blasco para abrir en ese lugar un museo de las artes gráficas.

Esta “ocurrencia” de Biel o de quien sea, llega a ser doblemente preocupante porque los grupos políticos que sustentan al Gobierno de Aragón (PSOE-PAR) rechazaron hacer “una planificación de los recursos y equipamientos que necesita la Administración de Justicia en Aragón”. Las Cortes rechazaron una moción de CHA para mejorar los medios materiales y personales de cara a recibir las próximas competencias en Justicia, (en enero del 2008). Entre otras cosas se pedía recabar las necesidades en inversiones e infraestructuras de las sedes judiciales “.

O sea, nos encontramos con la paradoja de que sin saber cuáles son estas necesidades, la DGA o quien sea, decide que el mejor sitio para instalar la ciudad de la justicia es el Casco Histórico en edificios municipales. Sin ningún estudio serio que aconseje las conveniencias de trasladar ahí la ciudad de la Justicia. Sin ningún estudio que determine qué equipamientos necesitan. Sin ningún estudio que avale la solvencia de dicha decisión. Lo mismo ocurre con la otra marcianada de trasladar el Campus Universitario a Ranillas. Y ya no hablamos de la Romareda. Hoy se ha conocido a quién quiere Belloch y Biel dejarles participar en la tajada.

Por eso hay que preguntarse quién gobierna en Zaragoza. Belloch, evidentemente, no.

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LOS VALORES DE LO ICONOCLASTA

Esta mañana festiva me he despertado leyendo esta entrevista a uno de mis artistas favoritos, el polémico Leo Bassi. Se podrá estar o no de acuerdo con él, pero su obra es una continua invitación a la defensa de las libertades ciudadanas.

«El público se sorprenderá por la dimensión filosófica de la obra”
www.lasemana.eu

Agitador, grosero, impertinente, iconoclasta. Son los adjetivos más suaves que se pueden escuchar acerca de Leo Bassi, un artista que rompe moldes y que prefiere considerarse a sí mismo un bufón moderno. Apasionado y defensor de sus ideas, lleva un año y medio haciendo del fundamentalismo laico un espectáculo teatral. El monólogo La Revelación es, más que una provocación, una invitación a la reflexión y a la diversidad de pensamiento y credo. De familia dedicada al circo y al mundo del espectáculo durante varias generaciones, el italiano habla con vehemencia en su obra de teatro acerca de las religiones monoteístas, del poder y del atraso que suponen las doctrinas dogmáticas en un mundo en el que la tecnología y la ciencia parecen avanzadas. O tal vez no.

En el año 2007, en un momento en el que las tecnologías, Internet y las ciencias avanzan a ritmo frenético, ¿ por qué es necesaria una obra como La Revelación?

Precisamente porque siempre he valorado la filosofía de la Ilustración (me considero un gran admirador de Voltaire) y me parece raro que 300 años después, en 2007, se siga con el mismo oscurantismo, con los enfrentamientos religiosos, y por eso quería hacer un espectáculo sobre mi punto de vista. En una época de ciencia no puede permanecer una visión oscura de la realidad.

¿Pero no es igual de extremista defender un fundamentalismo laico frente a los fundamentalismos religiosos?

El laicismo no es una religión, sino un estado político en el que cualquier persona puede defender sus ideas. En el estado laico, el católico puede defender sus derechos, no es algo incompatible. Se trata de crear un espacio de tolerancia donde se puedan opinar las opiniones, cualquiera, libre de miedos y temores. Si uno piensa que el espacio público está en manos de un dios, entonces los que no creen en él son sus enemigos. Y me niego a pensar eso. Este espectáculo es, en sí, una invitación a los creyentes a escuchar y a discutir después sobre todo tipo de creencias. Es una invitación a la reflexión y al diálogo con los creyentes de cualquier confesión religiosa.
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