Una norma de comportamiento de todo régimen que ejecuta una política de genocidio contra una minoría de su propia población, o frente a otra comunidad, es el bloqueo informativo que lleva a cabo para que se silencien los crímenes o incluso para culpabilizar a las víctimas. Esta norma la está cumpliendo a rajatabla el gobierno de Israel en su asedio al campo de concentración de Gaza. No es suficiente con impedir la entrada de combustible, alimentos, de ayuda humanitaria a un millón de personas en una situación tan precaria como la que viven los habitantes de la Franja. Para los halcones del régimen israelí era necesario masacrar a esta población que ya no sabe qué esperar del futuro.
A pesar de esta política de bloqueo nos están llegando testimonios directos sobre la situación, como éstos que ha recogido el periódico mexicano La Verdad del Sureste.
«Tener acceso a la Franja de Gaza siempre fue difícil para los periodistas internacionales; en cuanto a los israelíes, lo tienen prohibido desde 2006. El pasado mes de noviembre, ante las protestas de los corresponsales extranjeros, las autoridades hebreas entreabrieron las puertas del enclave palestino a algunos de ellos.
Las volvieron a cerrar herméticamente el 19 de diciembre, cuando se venció el cese al fuego de seis meses acordado entre Israel y Hamas, y justo una semana antes de lanzar su operación Plomo Endurecido.
La Asociación de la Prensa Extranjera en Israel y los Territorios Ocupados apeló contra esa decisión ante la Corte Suprema israelí. Espera su veredicto.
Es por lo tanto sumamente difícil tener noticias sobre lo que está ocurriendo en ese territorio de sólo 362 kilómetros cuadrados en el que se amontonan un millón y medio de personas sometidas a violentos bombardeos aéreos y a un cerco total.
Algunos testigos, sin embargo, logran vencer ese muro de silencio. Son bloguistas palestinos o activistas internacionales, entre los que se encuentran varios integrantes de dos ONG: Free Gaza e International Solidarity Movement. Hablan de lo que ven y sienten con dolor y pasión. Sus palabras son tan sólo un eco frágil de una tragedia.
No se sabe cómo se llama el palestino que redacta sus blogs con el apodo de Exiled. El pasado 29 de diciembre escribió este mensaje lacónico:
“Sigo vivo, pero no del todo OK. En cualquier momento me puedo tropezar con la muerte y entonces estaré OK. Solamente los muertos están a salvo en Gaza. Dejé mi departamento y a mi mujer para ir a casa de mi familia. Pero ahora estoy buscando un refugio para tratar de protegerme de los bombardeos. Quiero estar al lado de mi madre en semejantes circunstancias. No soy un héroe. Al igual que mi sobrino, tiemblo cuando oigo el sonido metálico de las explosiones en el aire a mi alrededor. Pero busco controlarme. Definitivamente no soy un héroe.”
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