RECUERDOS DE ANTONIO MACHADO

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Estos días pasados la web Sinpermiso ha recuperado este texto de Antonio Machado, escrito en el sexto aniversario de la proclamación de la República, en plena guerra civil. Emociona leer estas líneas, en las que Machado realiza un lúcido análisis de la situación del momento.

Desde aquel día -no sé si vivido o soñado- hasta el día de hoy, en que vivimos demasiado despiertos y nada soñadores, han transcurrido seis años repletos de realidades que pudieran estar en la memoria de todos. Sobre esos seis años escribirán los historiadores del porvenir muchos miles de páginas, algunas de las cuales, acaso, merecerán leerse. Entre tanto, yo los resumiría con unas pocas palabras. Unos cuantos hombres honrados, que llegaban al poder sin haberlo deseado, acaso sin haberlo esperado siquiera, pero obedientes a la voluntad progresiva de la nación, tuvieron la insólita y genial ocurrencia de legislar atenidos a normas estrictamente morales, de gobernar en el sentido esencial de la historia, que es el del porvenir. Para estos hombres eran sagradas las más justas y legítimas aspiraciones del pueblo; contra ellas no se podía gobernar, porque el satisfacerlas era precisamente la más honda razón de ser de todo gobierno; y estos hombres, nada revolucionarios, llenos de respeto, mesura y tolerancia, ni atropellaron ningún derecho ni desertaron de ninguno de sus deberes. Tal fue, a grandes rasgos, la segunda gloriosa República Española, que terminó, a mi juicio, con la disolución de las Cortes Constituyentes [con la victoria de la derechista CEDA en las elecciones de 1933]. Destaquemos este claro nombre representativo: Manuel Azaña.
Vinieron después los días de laboriosa y pertinaz traición, dentro de casa. Aquellos hombres nobilísimos, republicanos y socialistas, habían interrumpido ingenuamente toda una tradición de picarismo, y la inercia social tendía a restaurarla. Fueron más de dos años tan pobres de heroísmo, en la vida burguesa, como ricos en anécdotas sombrías. Un político nefasto, un verdadero monstruo de vileza, mixto de Judas Iscariote y caballo de Troya, tomó a su cargo el vender –literalmente y a poco precio- a la República, al dar acogida en su vientre insondable a los peores enemigos del pueblo. A esto llamaban los hombres de aquellos días: ensanchar la base de la República. Destaquemos un nombre entre los viles que los represente a todos: Alejandro Lerroux
.

Pero la traición fracasó dentro de casa, porque el pueblo despierto y vigilante, la había advertido. Y surgió la República actual, la más gloriosa de las tres –digámoslo hoy valientemente, porque dentro de veinte años lo dirán a coro los niños de las escuelas-; surgió la tercera República Española con el triunfo en las urnas del Frente Popular. Volvían los mismos hombres de 1931, obedientes al pueblo, cuya voluntad legítimamente representaban; y otra vez traían un mandato del pueblo, que no era precisamente la revolución social, pero sí el deber ineludible de no retroceder ante ningún esfuerzo, ante ningún sacrificio, si la reacción vencida intentaba nuevas y desesperadas traiciones. Y surgió la rebelión de los militares, la traición madura y definitiva que se había gestado durante años enteros. Fue uno de los hechos más cobardes que registra nuestra historia. Los militares rebeldes volvieron contra el pueblo todas las armas que el pueblo había puesto en sus manos para defender a la nación, como no tenían brazos voluntarios para empuñarlas, los compraron al hambre africana, pagaron con oro, que tampoco era suyo, todo un ejército de mercenarios, y como esto no era todavía bastante para triunfar ante un pueblo casi inerme, pero heroico y abnegado, abrieron nuestros puertos y nuestras fronteras a los anhelos imperialistas de dos grandes potencias europeas. ¿A qué seguir?… Vendieron a España. Pero la fortaleza de la tercera República sigue en pie. Hoy la defiende el pueblo contra los traidores de dentro y los invasores de fuera, porque la República, que empezó siendo una noble experiencia española, es hoy España misma. Y es el nombre de España, sin adjetivos, el que debemos destacar en este 14 de abril de 1937.

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6 respuestas

  1. MACHADO. ¿Para qué decir más?

  2. Sí, yo también lo leí y me emocionó. Estoy leyendo el último libro de Machado de Ian Gibson, es muy interesante. Creo que si una palabra puede definir a Machado es la de la honestidad, además de gran poeta, Machado, fue un hombre bueno y honesto. Honesto hasta el límite, si es que hay límites para ello.
    Lo dejo aquí, que es primavera y la nostalgía ataca.
    Besos machadianos,

  3. Valentín,
    disculpa si a veces te lleguen nuestros mensajes duplicados.
    las neuronas del ordenador andan alteradas. We are very sorry for this.

  4. Nunca me han llegado vuestros mensajes duplicados.
    Machado es una personalidad indiscutible de nuestra cultura. En el rincón del bardo incluiremos alguna de sus poesías menos conocidas.
    Esta tarde hablaremos de un gran poeta aragonés, que ayer inauguró una exposición con su obra pictórica.

  5. Me ha gustado el artículo
    Os invito a leer mi web dedicada al poeta,
    http://www.antoniomachadoensoria.com,

    Ángel Palomino

  6. Excelente web. Antonio Machado me ha acompañado siempre desde que me enseñaron a apreciarlo en el Instituto Luis Buñuel.
    Saludos

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